El atole conocido también como atol en algunas regiones; es una bebida de origen prehispánico consumida en Mesoamérica y el norte de Suramérica. En su forma original es una cocción dulce de maíz en agua, en proporciones tales que al final de la cocción tenga una moderada viscosidad y que se sirve lo más caliente posible. El atole sirve de base para otra bebida, el chilate.
Es muy común que la bebida sea condimentada con especias aromáticas (cacao, vainilla, canela, anís, azahar, hojas de naranjo) y otros saborizantes (chocolate, jugo o pulpa de frutas dulces), para aumentar su degustabilidad.
Tradicionalmente se endulza con piloncillo, azúcar o miel. También suele prepararse con leche en lugar de agua. En la actualidad se le puede encontrar con muchos sabores como son: fresa, vainilla, chocolate, guayaba, piña, zarzamora, ciruela, mango, coco, canela, nuez y queso.
Originalmente se elaboraba únicamente a base de la masa de maíz, pero actualmente se prepara con harina de maíz o con fórmulas lista para hacer, a base de sémola de maíz, trigo o arroz.
Licuar el maíz con una
taza de leche a alta velocidad hasta que la mezcla este bien incorporada y
homogénea.
Colar y reservar.
En una olla mediana, verter
la mezcla de maíz molido, el resto de la leche (3 tazas), azúcar, sal, canela y
clavos.
Cocinar sobre fuego
medio por unos 15-20 minutos revolviendo a todo momento para evitar que se
pegue. La mezcla se volverá más espesa a medida se cocina.
Retirar del fuego,
descartar los sólidos y servir caliente.
Nota: Puede dejar la
mezcla de maíz sin colar si desea una textura más grumosa. Si el atol no
se espesa lo suficiente a medida que se cocina, agrega una cucharada de maizena
disuelta en 2 cucharadas de agua fría.
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